Por Hugo Ruiz Jojoa – 31 de octubre de 2024- Octava Edición Periódico Digital SOMOS SINTRAGOBERNAR.

La operación secreta del gobierno Duque para comprar PEGASUS.
El 26 de marzo de este año, el periodista israelí Gur Megiddo dio a conocer al mundo la compra que habría hecho el gobierno de Iván Duque en 2021 del virus espía PEGASUS. La investigación se originó a partir de la entrada de once millones de dólares a un banco israelí provenientes de Colombia.
Este virus espía es una herramienta tecnológica súper poderosa desarrollada en Israel por la empresa NSO GROUP, cuyo propósito original es la lucha contra actividades de narcotráfico, lavado de activos y tráfico sexual.
El virus se instala mediante mensajes de texto y entra a todos los archivos del teléfono, como fotos, conversaciones de whatsapp, videos etc., además puede ubicar el móvil en tiempo real y activar la cámara y el micrófono sin dejar ningún rastro.
Una investigación periodística de carácter internacional liderada por el medio israelí Hareetz dio a conocer el listado de países que han adquirido el virus para interceptar principalmente líderes de oposición, entre ellos está Colombia.
En una entrevista concedida a Señal Investigativa, Meggido dijo que PEGASUS se compró con recursos incautados al narcotráfico y que NSO GROUP recibió en efectivo el pago que finalmente se depositó en el reconocido banco Hapoalim de Israel.
Este banco ha sido varias veces sancionado internacionalmente por lavado de activos, y se encuentra en una lista negra de entidades financieras de Estados Unidos por estas prácticas.
Quien adquirió el virus fue la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) y fue pagado en dos contados, cada uno de 5.5 millones de dólares entre los meses de junio y septiembre de 2021, para lo cual se realizaron dos vuelos desde y hacia Israel que costaron otros dos millones de dólares.
Señal Investigativa reveló las fotos de los aviones, sus matrículas, la identificación de los pilotos y las fechas de los vuelos destinados a transportar el dinero de la compra, hasta se conoce que tales aeronaves estuvieron parqueadas en el hangar que tiene la policía en el aeropuerto El Dorado.
En dichos vuelos llegaron varios ingenieros de sistemas de altísimo nivel provenientes de Israel y el director mundial de operaciones de PEGASUS. La mayoría de ellos fueron hospedados en las instalaciones de la Dipol y en el Hotel Marriot de Bogotá, y fueron registrados en inmigración como personal de policía de Israel, sin serlo. En la Dipol permanecieron una semana presuntamente instalando el software.
También han sido reveladas fotos de la comitiva de Iván Duque que, tras la negociación, viajó a Tel Aviv a finiquitar aspectos de inteligencia, estrategia y diplomacia con el presidente Netanyahu, hoy acusado por la ONU de crímenes de guerra.
La fiscal Angélica Monsalve informó hace algunos días que PEGASUS funcionó en las instalaciones de hotel TRYP en la avenida La Esperanza de la ciudad de Bogotá, justo en frente del Búnker de la Fiscalía y es operado por un grupo especial de la entidad liderado por Gineth Romero, directora de la Unidad de Control Telemático. Sin embargo, las investigaciones realizadas hasta el momento no han podido corroborar esa información. Nadie sabe dónde está PEGASUS.
Lo que si se acreditó es que Romero y otros altos funcionarios de confianza del fiscal Barbosa, bajo la apariencia de “vacaciones” viajaron a Israel en 2022 presuntamente a renovar las licencias del software.
Vicky Dávila de Gnecco y SEMANA a responder judicialmente.
Cuando el presidente Petro, en plena crisis del paro camionero denunció la compra de PEGASUS y la labor de espionaje en su contra, periodistas como Vicky Dávila y Darcy Queen dijeron que tales hechos eran una fábula, una cortina de humo para desviar la atención sobre el paro.
Por todos los medios que tuvo a su alcance, particularmente la Revista SEMANA, intentaron desinformar al país sobre la existencia del virus, desprestigiando la denuncia del presidente Petro y haciendo burla de ella en las redes sociales.
Dávila de Gnecco, particularmente dijo que la noticia era un refrito y que no existía prueba alguna de que Duque hubiera comprado un software espía. Acusó de fantasiosas las revelaciones, demeritando la actividad investigativa de medios como Revista Raya y Señal Investigativa.
Con lo que no contaba es que pocos días después NSO GROUP aceptó haber vendido el virus al gobierno Duque, obligándola a cambiar radicalmente su posición diciendo ahora que “si otras personas cometieron delitos, pues que respondan”.
En el marco de investigaciones priorizadas por la Fiscalía, Dávila de Gnecco resultó vinculada por presuntamente recibir las interceptaciones de PEGASUS y filtrarlas a SEMANA. Visiblemente descompuesta, arremetió contra la Fiscal General tildándola de “fiscal de bolsillo” y contra los medios alternativos, a quienes se refirió como “sicarios morales del petrismo”.
Predicando la manida excusa de “persecución y montaje”, la indiciada se despachó con un listado de improperios que no pueden ser razones suficientes para eximirse de las investigaciones, sean o no favorables a sus intereses.
Destapar el contubernio existente entre las altas esferas del poder político y el periodismo tradicional no puede terminar en la destrucción de la institucionalidad. La democracia no puede yacer únicamente en la orilla de los grandes emporios económicos sus medios informativos y los partidos políticos que los representan.
Duque y Barbosa deberán responder judicial y políticamente por estos hechos, ella deberá hacer lo propio, son las reglas del juego democrático.
“Los colombianos me conocen” fue una de las frases con que increpó Dávila al gobierno y a la Fiscalía. La interpretación de lo que ello puede significar, divide al país.